Trump nombra a Marco Rubio como asesor interino de seguridad nacional

Por Iván Acosta
Hola, ¿qué tal?
El presidente estadounidense Donald Trump anunció el jueves que nominará a su asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, como embajador ante Naciones Unidas, como parte de una importante reorganización de su equipo de seguridad nacional.
El presidente indicó que el secretario de Estado, Marco Rubio, fungirá como asesor de seguridad nacional interino, al tiempo que mantiene su cargo en el Departamento de Estado.
Trump anunció los cambios poco después de que se supiera que Waltz saldría del gobierno, apenas semanas después de que se revelara que añadió a un periodista a una cadena de mensajes en la aplicación de mensajería encriptada Signal, que se utilizaba para discutir planes militares.
“Me complace anunciar que nominaré a Mike Waltz para ser el próximo embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas. Desde su tiempo en uniforme en el campo de batalla, en el Congreso y como mi asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz ha trabajado arduamente para poner los intereses de nuestra nación por delante”, escribió Trump en las redes sociales.
“Mientras tanto, el secretario de Estado Marco Rubio servirá como asesor de Seguridad Nacional, mientras continúa su fuerte liderazgo en el Departamento de Estado. Juntos, continuaremos luchando incansablemente para hacer que Estados Unidos, y el mundo, sean SEGUROS OTRA VEZ”.
Existe un precedente de que el secretario de Estado funja simultáneamente como asesor de seguridad nacional. Henry Kissinger ocupó ambos cargos de 1973 a 1975.
Waltz estuvo bajo intenso escrutinio en marzo, luego de que se revelara que añadió al periodista Jeffrey Goldberg a una cadena de mensajes privados en Signal, la cual se utilizó para discutir la planificación de una operación militar sensible el 15 de marzo contra los hutíes en Yemen.
La decisión de Trump de trasladar a Waltz a la ONU se produce semanas después de que el presidente retirara su elección para el puesto, la congresista Elise Stefanik de Nueva York, de la consideración.
Stefanik pasó por una audiencia de confirmación, pero su nominación fue retirada en marzo, ya que su voto para avanzar en la agenda de Trump sigue siendo crucial para los republicanos en la Cámara de Representantes.
“Estoy profundamente honrado de continuar mi servicio al presidente Trump y a nuestra gran nación”, dijo Waltz sobre la nominación.
Una aliada de ultraderecha del presidente, Laura Loomer, había estado arremetiendo contra Waltz, diciéndole a Trump en una reciente conversación en la Oficina Oval que necesitaba deshacerse de los asesores que, según ella, no eran lo suficientemente leales a la agenda de Hagamos grande a Estados Unidos otra vez.
Waltz, quien sirvió en la Cámara de Representantes por Florida durante tres mandatos, es el funcionario de más alto rango en dejar el cargo desde que Trump regresó a la Casa Blanca. En su segundo período, el presidente republicano ha tratado de evitar el caos de sus primeros cuatro años, durante los cuales pasó por cuatro asesores de seguridad nacional, cuatro jefes de gabinete y dos secretarios de Estado.
En el caso de la cadena de Signal, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, también proporcionó los tiempos exactos de los lanzamientos de aviones de guerra y cuándo caerían las bombas. Waltz había asumido previamente la “responsabilidad total” por construir la cadena de mensajes, y los funcionarios del gobierno describieron el episodio como un “error”, aunque sostuvieron que no causó daño a estadounidenses. Waltz alegó que no sabía cómo Goldberg terminó en la cadena y afirmó que no lo conocía.
Trump y la Casa Blanca —que insistieron en que no se compartió información clasificada en los mensajes— han apoyado públicamente a Waltz durante todo el episodio. Sin embargo, también enfrentó ataques de figuras como Loomer, quien se quejaba de haber sido excluida del proceso de selección para los asesores del Consejo de Seguridad Nacional. Según ella, Waltz confiaba demasiado en los “neocons”, es decir, los neoconservadores belicistas del Partido Republicano, y en otros que no consideraba totalmente leales.
A medida que comenzaron a circular rumores sobre su salida, Loomer pareció atribuirse el mérito en una publicación en la red social X, escribiendo: “SCALP” (“Descapado”).
“Con suerte, el resto de las personas que fueron promovidas bajo Waltz también se irán”, añadió en otra publicación.
Loomer ya se había atribuido una victoria similar cuando otros funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional fueron despedidos un día después de reunirse con Trump.
Aunque Waltz configuró el chat, fue Hegseth quien publicó en la aplicación los horarios de despegue de aviones y lanzamientos de bombas, compartiendo la misma información con docenas de personas en otro grupo, incluyendo a su esposa y su hermano.
La Associated Press reportó que Hegseth también eludió los protocolos de seguridad del Pentágono al configurar una línea no segura para una computadora personal en su oficina, junto a terminales que recibían información clasificada. Esto plantea la posibilidad de que datos sensibles hayan estado en riesgo de hackeo o vigilancia.
El inspector general del Pentágono está investigando el uso de Signal por parte de Hegseth, quien ha enfrentado críticas de demócratas e incluso algunos republicanos. Todo esto se suma al creciente caos en el Pentágono, donde Hegseth ha despedido o reubicado a múltiples asesores cercanos. No obstante, Trump ha mantenido su confianza pública en él.
El cambio de Waltz, de asesor de seguridad nacional a nominado a embajador ante la ONU, significa que ahora deberá someterse al proceso de confirmación en el Senado, el cual pudo evitar en enero.
Ese proceso, que ha resultado difícil para varios candidatos al gabinete de Trump, dará a los legisladores —especialmente a los demócratas— la primera oportunidad de interrogar a Waltz sobre su decisión de compartir información sobre un inminente bombardeo estadounidense a través de Signal. El chat grupal, que él mismo creó, incluía a varios altos funcionarios de la administración Trump y al editor en jefe de la revista The Atlantic.
HASTA LA PRÓXIMA, AMIGOS