Luis Enrique pierde los papeles tras la final y desata una tangana con agresión incluida

Luis Enrique pierde los papeles tras la final y desata una tangana con agresión incluida

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Lo que debía ser una jornada histórica para el fútbol internacional terminó empañada por un escándalo protagonizado por el técnico del París Saint-Germain, Luis Enrique. Tras la contundente derrota de su equipo por 3-0 frente al Chelsea en la final del Mundial de Clubes 2025, el entrenador español perdió el control y agredió físicamente al delantero rival João Pedro, desatando una tangana en pleno campo.

Todo ocurrió instantes después del pitido final, cuando varios jugadores del PSG se acercaron al brasileño, aparentemente molestos por sus gestos durante la celebración del tercer gol. La tensión se intensificó rápidamente y, en medio del tumulto, Luis Enrique irrumpió visiblemente alterado, empujó a João Pedro y, según muestran las imágenes captadas por las cámaras, le propinó un manotazo en el pecho y posteriormente un golpe al rostro.

Las cámaras de televisión captaron claramente el momento en que el técnico agarra por el cuello al jugador del Chelsea, lo que provocó una reacción inmediata por parte del cuerpo técnico inglés y varios miembros del banquillo. El guardameta Gianluigi Donnarumma también intervino de forma agresiva, mientras el entrenador del Chelsea, Enzo Maresca, intentaba calmar la situación.

El incidente degeneró en una pelea que obligó a intervenir a los cuerpos de seguridad del estadio y a los delegados de FIFA. João Pedro quedó tendido en el césped por varios minutos, mientras Luis Enrique era retirado del campo por sus asistentes, aún visiblemente alterado.

En declaraciones posteriores, el técnico español trató de quitarle hierro al asunto, pero terminó reconociendo su error: “Soy tonto… me empuja y le toco, y se tira. Pero sí, me he pasado”. Sin embargo, sus palabras no evitaron las críticas generalizadas ni la posibilidad de una dura sanción.

La FIFA ya ha anunciado que abrirá un expediente disciplinario para analizar el incidente, considerando la gravedad de los hechos y el mal ejemplo dado en una final con audiencia global. El reglamento del organismo contempla sanciones por conducta violenta incluso fuera del tiempo reglamentario, y la agresión podría costarle al técnico varios partidos de suspensión o incluso su inhabilitación temporal.

La prensa internacional no tardó en condenar el comportamiento de Luis Enrique, calificándolo como una “imagen bochornosa” para un torneo que pretendía reflejar la grandeza del fútbol de clubes. En contraste, João Pedro se mantuvo sereno, evitando declaraciones polémicas y siendo ovacionado por la afición tras el incidente.

El altercado ensombreció el triunfo del Chelsea, que con autoridad y fútbol coronó una campaña brillante, pero dejó claro que la tensión emocional en partidos de alto calibre puede desbordarse incluso en los banquillos más experimentados.

Ahora el PSG deberá lidiar con las consecuencias deportivas y disciplinarias del acto de su entrenador, justo en un momento en el que el club intentaba consolidar su imagen tras ganar su primera Champions League. El incidente plantea serias dudas sobre la gestión de presión dentro del vestuario parisino y el futuro inmediato de Luis Enrique en el banquillo.