Internan a ex presidente de Peru de Urgencia

Hola, ¿qué tal?

El expresidente de Perú Pedro Castillo fue hospitalizado este viernes por una descompensación, y su estado de salud es «estable», informó en X, antes Twitter, el Instituto Nacional Penitenciario de Perú (Inpe).

«El interno Pedro Castillo Terrones ha sido trasladado de emergencia al Hospital II Vitarte de EsSalud (…) y viene siendo atendido por personal médico», escribió el Inpe.

Castillo está preso desde el 7 de diciembre de 2022, acusado por delitos de rebelión, abuso de autoridad y grave perturbación a la tranquilidad pública tras intentar disolver inconstitucionalmente el Congreso. También cumple 36 meses por supuestos actos de corrupción cometidos durante su gobierno, por lo cual es investigado, por los presuntos delitos de tráfico de influencias, organización criminal y colusión.

El 7 de diciembre de 2022 la vida de Pedro Castillo cambió para siempre.Ese día, visiblemente nervioso, el entonces presidente de Perú anunció en un mensaje televisado al país la disolución del Congreso y la creación de un «gobierno de excepción».

Poco rato después fue detenido por miembros de su propia escolta cuando, según el relato de la Fiscalía, se dirigía a refugiarse a la Embajada de México. Ni el Ejército ni la Policía de Perú habían secundado su llamamiento.

Esa misma tarde dejó de ser Presidente por decisión del mismo Congreso que había tratado de disolver, que declaró su incapacidad moral permanente por «violentar el orden establecido por la Constitución Política».

Desde entonces han pasado muchas cosas. Castillo está preso en el penal de Barbadillo, en Ate, a las afueras de Lima, una cárcel especial construida para albergar expresidentes encarcelados en la que los únicos presos son él y Alberto Fujimori.

pertenencia a organización criminal, por su presunta participación como líder en una trama de corrupción en el seno de su gobierno.

Sobre él pesan dos medidas de prisión preventiva, una por 18 meses y la otra por 36 meses.

Castillo fue detenido por su propio servicio de seguridad después de lanzar el mensaje al país.

Su vicepresidenta, Dina Boluarte, es ahora la presidenta y una de sus mayores detractoras. Su mujer, Lilia Paredes, se marchó con sus dos hijos como asilada a México y así esquivó las investigaciones de la Fiscalía. Y Perú ha vivido tras su caída y encarcelamiento una ola de protestas que ha dejado 67 muertos, según las denuncias de los familiares e investigaciones periodísticas, casi todos provocados por el uso indiscriminado de munición letal por parte de las fuerzas de seguridad.

Aunque en las primeras protestas que se produjeron tras su caída, su liberación o incluso restitución en el poder estuvieron en boca de muchos manifestantes, la figura del expresidente ha ido perdiendo protagonismo y la conflictividad social amainando, al menos por el momento.

A punto de cumplirse cuatro meses de su encarcelamiento, ¿cómo está Pedro Castillo?

El expresidente está solo en una celda de aproximadamente 6 metros cuadrados. Son dos pequeños ambientes en forma de L. En uno está la cama en la que duerme. En el otro, salita en la que tiene una mesilla en la que puede leer y comer.

La celda, de paredes color plomo, no tiene ventanas al exterior, pero sí un pequeño cuarto de baño y acceso a un patio, de unos cinco metros cuadrados, en el que puede recibir luz solar y donde ha tratado de cultivar papa y maíz, como hizo toda la vida en su chacra de su Chota natal antes de lanzarse a la política y a la vorágine de Lima.

Castillo está preso en el penal de Barbadillo, en Ate, a las afueras de Lima.

Se levanta temprano y pasa el día dedicado a la leer los libros y diarios que recibe de sus visitas, e intentar que el patio de la celda se parezca lo más posible a un huerto.

Últimamente ha leído una biografía de Nelson Mandela y, como ha empezado a interesarse por el Derecho, un libro titulado «El derecho penal del enemigo», de Raúl Zaffaroni, el jurista que lidera su equipo de abogados. Indira Rodríguez, una de sus abogadas, le dijo a BBC Mundo que «ha perdido mucho peso». Cuenta que «piensa que lo pueden envenenar, así que no quiere comer lo que le sirven en la prisión».

Hasta ahora se ha venido alimentando de la comida que le llevan los familiares que lo visitan, que puede cocinar en una hornilla que tiene en su celda.

El presidente puede recibir visitas en su celda los jueves y sábados, un máximo de cinco que solo pueden entrar de una en una y quedarse no más de hora y media.

Quienes lo visitan con más frecuencia son sus hermanas y Yenifer Paredes, la hermana menor de su mujer, a la que el matrimonio crio como una hija y, que permanece en Perú defendiéndose de los procesos en los que se la acusa de beneficiar a allegados con contratos públicos durante la presidencia de Castillo.

Hasta la próxima amigos