Francisco Rodríguez asume el mando de Santos Laguna con hambre de gloria y una misión clara: devolver el alma guerrera

Santos Laguna ha decidido romper con la inercia de resultados grises y apostar por un rostro nuevo, pero con vieja sangre competitiva. Francisco Rodríguez, exjugador de carácter y líder natural en su etapa profesional, es ahora el encargado de guiar desde el banquillo a los Guerreros en esta nueva etapa de reconstrucción. Con él, el club busca más que puntos: quiere recuperar su esencia.
La elección de Rodríguez no es casual. Su perfil encaja con lo que hoy necesita el equipo: un técnico con determinación, hambre de triunfo y profundo conocimiento del fútbol mexicano. La directiva lo ha elegido no solo por su potencial como estratega, sino por su capacidad para transmitir energía, liderazgo y mentalidad ganadora a un plantel que ha perdido el rumbo.
En su presentación oficial, el nuevo técnico no titubeó. Habló de compromiso, de entrega, de un estilo valiente y ofensivo que vuelva a ilusionar a la afición. «Este equipo tiene que volver a ser incómodo para todos. Vamos a recuperar la garra, el respeto por esta camiseta y la conexión con nuestra gente», aseguró ante los medios.
Rodríguez toma las riendas de un equipo golpeado, pero con elementos valiosos que, bajo una guía firme, pueden retomar su mejor versión. El diagnóstico es claro: falta actitud, cohesión y hambre de competir. El nuevo cuerpo técnico ya trabaja en reformular la estrategia, ajustar las líneas y revitalizar la identidad del equipo dentro del terreno de juego.
Su llegada también trae una bocanada de aire fresco al vestuario. Jugadores jóvenes verán más oportunidades, y aquellos que no han rendido estarán bajo la lupa. No hay lugar para conformismos: el mensaje de Rodríguez ha sido directo, sin rodeos ni zonas de confort.
La afición, que nunca ha dejado de alentar pese a los momentos difíciles, observa este nuevo comienzo con esperanza. El Estadio Corona, que ha vivido tantas gestas épicas, necesita volver a rugir. Y la ilusión es que con Francisco al frente, los Guerreros vuelvan a ser eso: un equipo que pelea cada balón como si fuera el último.
El reto no es menor, pero tampoco lo es el carácter del nuevo entrenador. Con disciplina, una idea clara y un profundo respeto por la historia del club, Rodríguez buscará no solo resultados, sino encender nuevamente el espíritu de lucha que ha definido a Santos Laguna a lo largo de su historia.