A 15 AÑOS DEL MILAGRO DEL RIO HUDSON

Hola, ¿qué tal?

Increíblemente han pasado 15 largos años de aquel conmocionado y milagroso accidente de avión en el rio Hudson donde el piloto del avión salió triunfante ante tal adversidad.

Al despegar del aeropuerto La Guardia de Nueva York, Sullenberger dijo que recordó haberse sobresaltado cuando una bandada de gansos canadienses, con alas de hasta dos metros de envergadura, chocó contra el avión. Entonces ambos motores perdieron empuje.

El veterano piloto hizo un rápido anuncio a la cabina en el que alertaba de un aterrizaje de emergencia.

«Les habla el capitán. Prepárense para el impacto», dijo Sullenberger.

Mientras el pánico cundía por la cabina, Sullenberger evaluó sus opciones de aterrizaje con el control de tráfico aéreo. Se dio cuenta de que no conseguirían volver a La Guardia, según dijo en las grabaciones del control aéreo, y más tarde descartó los aeropuertos de Teterboro y Newark, en la cercana Nueva Jersey.

Mientras esto ocurría, un mar de personas se aglomeraban en ambas partes del Rio Hudson para observar de cerca el increíble episodio que ocurría ante sus ojos, Vehículos navales de emergencia llegan en auxilio de posibles supervivientes o cualquiera que fuera el caso.

Pasaron 208 segundos desde que el avión chocó contra las aves hasta que Sullenberger y el primer oficial Jeff Skiles maniobraron y aterrizaron el avión en el río Hudson.

«Fue una sacudida bastante grande», dijo el pasajero Leonard. «Supongo que mi rodilla golpeó mi esternón porque mi esternón se rompió».

El avión se sacudió en el brusco y violento aterrizaje, recordó Collins.

«Cuando aparentemente nos detuvimos, miré hacia arriba y pensé: ‘Estoy de una pieza. Este avión está entero'». Fue increíble que no se despegara ninguna pieza del avión al chocar contra el agua.

 El alivio del aterrizaje duró poco. Los auxiliares de vuelo dirigieron a los pasajeros a las alas para salir del avión, mientras surgía otro desafío, El agua se colaba rápidamente en el avión.

Hay un antes y un después bien diferenciados del aterrizaje en el Hudson, el momento que cambió para siempre la vida de las personas que iban a bordo del vuelo.

Tras el angustioso aterrizaje, Clay Presley, que ocupaba el asiento 15D, dijo que le entró una claustrofobia extrema, algo que aún padece.

La actitud del Capitán de aquella nave sorprendió a todo el mundo, mantuvo la calma todo el tiempo y nunca perdió control de aquella terrible situación.

Yo recuerdo aquella tarde como ahora, estaba llegando a mi casa en Unión City NJ de una entrevista de trabajo.

Hasta la próxima amigos